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Desafíos de infraestructura que enfrenta la adopción generalizada de vehículos eléctricos

Aug 29, 2023Aug 29, 2023

Scott Farr | 29 de agosto de 2023

Para muchos consumidores, el revuelo que rodea a los vehículos eléctricos puede parecer un fenómeno nuevo. En los últimos años, las ventas mundiales de vehículos eléctricos han aumentado: la Agencia Internacional de Energía informó que se vendieron más de 10 millones de vehículos eléctricos en todo el mundo en 2022. El mismo estudio mostró que se esperaba que esas ventas crecieran otro 35% este año hasta llegar a 14 millón.

A pesar de este sorprendente período de crecimiento, los expertos automotrices experimentados saben que ha habido interés en los vehículos eléctricos incluso antes de que se desarrollara el primer automóvil. De hecho, el primer vehículo eléctrico desarrollado en EE. UU. salió a la carretera a finales del siglo XIX.

Dicho esto, los desafíos de los primeros vehículos eléctricos, como la infraestructura y la carga, son los mismos desafíos que existen hoy.

Si bien varios estados aparentemente han resuelto estos desafíos de infraestructura y han construido un ecosistema de vehículos eléctricos sólido, está claro que las disparidades geográficas en infraestructura aún persisten.

Disparidades a nivel nacional

Al examinar el avance de la infraestructura de vehículos eléctricos, es evidente que existen importantes disparidades espaciales en la ubicación de las estaciones de carga en todo el país. Por ejemplo, California alberga el 29% de todas las estaciones de carga en Estados Unidos, y los cuatro estados principales (incluido California) por PIB y tamaño de población tienen la mayor cantidad de cargadores. Es más, casi todos los 10 principales líderes son estados costeros urbanos.

Estas cifras indican que es necesario cerrar la brecha, específicamente en las zonas rurales de Estados Unidos y en las áreas con menor densidad de población. Esta construcción de infraestructura en las regiones costeras versus la falta de acceso en el centro de Estados Unidos muestra que los vehículos eléctricos no pueden lograr una adopción generalizada hasta que la balanza esté equilibrada.

También es importante analizar esta cuestión desde dos lentes diferentes: el consumidor y el comercial. Desde la perspectiva del vehículo privado, quienes compran un vehículo eléctrico pueden optar por un cargador en casa, lo que hace que este desafío de disparidad no sea un factor. Cuando se piensa en el propietario típico de un vehículo, no se trata de recorrer distancias largas que requieran cantidades significativas de energía de la batería.

Desde una perspectiva comercial, es mucho más difícil encontrar un precio adecuado para un camión de carga de 18 ruedas que tiene la tarea de conducir a través del país, aunque están empezando a tomar forma nuevos esfuerzos. Actualmente, esas brechas rurales en infraestructura plantearían un gran desafío para un conductor comercial, especialmente si el objetivo es cargar rápidamente el vehículo.

¿Pollo o huevo?

Quizás se pregunte: ¿estas disparidades están impulsadas por el apetito de los consumidores o por la falta de infraestructura? ¿El apetito por los vehículos eléctricos en las zonas urbanas está impulsando una adopción más rápida, o la inversión en infraestructura de carga ha despertado entusiasmo en estas poblaciones?

La respuesta aún es incierta. El movimiento por la energía verde en estados como California es muy diferente al impulso por la sostenibilidad en otras regiones. La cultura del “nuevo automóvil” también juega un papel importante para los consumidores y los vehículos eléctricos.

Los fabricantes de equipos originales de “automóviles nuevos” operan de manera diferente a los fabricantes de automóviles tradicionales. Mientras que los OEM tradicionales saben cómo fabricar vehículos, estas empresas modernas saben cómo diseñar vehículos centrados en el cliente que lideren con innovación.

Desde la perspectiva de la experiencia del cliente, el “auto nuevo” consiste en diseñar vehículos eléctricos que los consumidores consideran de alta tecnología y estéticamente agradables. Los fabricantes de equipos originales tradicionales están empezando a darse cuenta de estas nuevas preferencias y a expandirse hacia los vehículos eléctricos, lo que puede generar un mayor apetito entre los consumidores de las zonas rurales, que normalmente poseen vehículos con motor de combustión interna (ICE) más tradicionales.

Comprender la importancia a largo plazo

La solución al problema de la disparidad geográfica no se logrará de la noche a la mañana, pero es imperativo lograr una adopción generalizada de los vehículos eléctricos y mejorar la sostenibilidad global. En un nivel alto, los vehículos eléctricos generan un 54% menos de contaminación de carbono durante su vida útil que los vehículos propulsados ​​por gasolina.

Para construir un futuro más sostenible, cada iniciativa cuenta, y la adopción de vehículos eléctricos ocupa un lugar destacado en la lista de prioridades. La sostenibilidad ya no es una ocurrencia tardía para los consumidores; impulsa sus decisiones e influye en las marcas con las que interactúan.

Actualmente, el acceso a la infraestructura de vehículos eléctricos sigue siendo un desafío que debe resolverse. La financiación federal ya ha indicado que el sector público apoya firmemente el futuro de esta industria, con importantes inversiones realizadas en la construcción de la red nacional de cargadores en los EE. UU. También es imperativo que las legislaturas locales apoyen la transición a los vehículos eléctricos, con California como principal ejemplo del cambio que puede ocurrir cuando los vehículos eléctricos se convierten en una prioridad.

Más allá del sector público, las inversiones industriales en gigafábricas, estaciones de carga y nuevas tecnologías seguirán impulsando esta industria a medida que se construya la infraestructura adecuada.

Los desafíos que enfrenta la adopción de vehículos eléctricos tienen una larga historia. Resolver las disparidades de infraestructura a nivel nacional será un esfuerzo de colaboración entre el sector público y privado, esforzándose por alcanzar el objetivo común de una adopción generalizada y una mayor sostenibilidad.

Scott Farr(en la foto, arriba a la izquierda)es líder del segmento de baterías automotrices y vehículos eléctricos en Capgemini Americas.

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